"Nos gusta Javier Palomares", dicen los modernos del mundo

Odiar la televisión y trabajar para un canal de ídem es toda una paradoja. Creo que lo que más me desagrada de la caja tonta es sentarme durante horas en el sofá de escay de mi casa, en el que a la mínima me sudan las partes nobles, pero no el acto en sí de ver lo que en ella se dice. Por esto, las webs de las cadenas (y no es autobombo) me encantan: hacen una selección de lo público y notorio y listo, puedes acceder a ello desde la oficina, en un momentito.

También me gusta cotillear los vídeos que añade la gente a sus espacios de Facebook y hacerme fan de ellos. Tengo el récord en cambiar la foto del perfil con mayor frecuencia y el de adherirme a grupos de admiradores de cualquier cosa. Este último se lo debo sin duda a mis amigos, que me dan muchas ideas. Apuntarme a los seguidores de Javier Palomares fue la última.

Una mañana cualquiera de septiembre, me hallaba yo desayunando en mi oficina -que es mi hogar-, cuando di con un vídeo sobre un concursante de 'Gran Hermano' que había añadido una tal Carla García (quien, por cierto, es una gran pinchadiscos) y que acumulaba comentarios de asombro de todo el personal. Como curiosa que soy –y amante de la tele online- pulsé el play y observé atenta aquello.

Era la presentación al casting de 'GH' de un chico imberbe, que –con todos mis respetos- durante los primeros minutos a uno le hace dudar de si se trata de un hombre o una mujer. Cintura de avispa, caderas sinuosas, pelo rizado al viento y una suave voz crean una confusión enorme en el espectador que, perplejo, no puede apartar un ojo de la pantalla del ordenador.

Después del visionado, llega de nuevo el visionado y al tiempo, otra vez lo mismo. Hasta que se descubre que la misma persona que subió tan interesante documento gráfico –eternamente agradecidos todos a Carla- creó un grupo llamado ‘Fans de Javier Palomares’ . Como antropóloga y socióloga que me gustaría ser –ojo, no confundir con un simple acto de marujeo, nada más lejos…-, me di a la ardua tarea de investigar quienes compartían mi nueva afición.

No daba crédito ¡la plana mayor de la modernidad madrileña al completo!: Natalia Ferviú, estilista, una persona con muchos amigos en Myspace y animadora social; Inés Muñoz Martínez Mora, periodista, presidenta de su comunidad de propietarios y agitadora social; Eloi Vázquez, DJ y periodista; Patricia Colao, diseñadora gráfica y graciosilla de profesión; Rubén Gómez, diseñador con un bigote muy hermoso; y ¡hasta el mismísimo Chema García –dueño de la sala Nasti-!.

¿Es que se estará convirtiendo este Javi en un nuevo icono de la modernidad? Me pregunté yo para mis adentros. Mi amiga Inés –fíjense, igual yo también podría pasar por uno de ellos- me sopló que “por supuestísimo Palomares se va a convertir en un icono de la modernidad (más bien, de la posmodernidad) más rabiosa. Pertenece a esa extraña categoría de género que conforman los heteros con pluma. Esto es: Nacho Hipster, Raphael, Mario Vaquerizo, etc. También conocidos como gays-bollera. Ellos, con Palomares a la cabeza, son la nueva minoría a reivindicar”.

Y entonces empecé a comprender muchas cosas… ¡había nacido una estrella! Como periodista que soy –y no antropóloga ni socióloga, recuerden- llamé a Rubén Gómez –quién es está expicado en el párrafo anterior- para tomarle declaraciones. El pobre extrañado ante mi pregunta me contestó que “no sé si es todavía un icono, yo me declaro fan porque es diferente y, por lo tanto, está al margen de la sociedad. Las personas así nunca son lo suficientemente valoradas. Y estar marginado es en sí un motivo de heroicidad”.

Héroe, marginado, hetero con pluma, icono, o lo que Dios quiera, Javier Palomares nos gusta porque es distinto y andrógino, porque es ecologista –le encanta estar en contacto con la naturaleza y es una cabra-, porque cuida su imagen –“espuma para rizos, champú para rizos…”-, es un libertino –“viene a la capital para liberarme- y lo más importante, porque por su “forma de ser y actuar” todos piensan que es homosexual. Ni un ingrediente le falta para ser un VIP de la 'comunidad modernuqui patria'.

Via telecinco.es